martes, 9 de diciembre de 2008

Una persona normal y corriente ¿para qué debe tratar de entender la realidad, involucrarse en política y aprender lo mínimo indispensable de economía?

Inicio este post con el objetivo de ofrecer mi visión acerca del tema de cual es el motivo por el que deberíamos dejar de ser escépticos en cuanto a leer sobre economía y política, por supuesto, también entender el entorno social.

He conocido mucha gente que fue feliz, es feliz, e incluso, supongo, lo va a seguir siendo, la felicidad es un concepto totalmente relativo y que depende ineludiblemente de tu marco de referencia. En tiempos remotos, las personas no tenían gas ni luz, y eran felices, sus hijos quizás no iban a la Universidad, y también lo eran, sin embargo hoy en día el concepto de felicidad mutó en términos absolutos, hoy para ser felices (además de los requerimientos de índole personal) se requieren infinidad de otras cosas que antes ni se nos hubiera ocurrido necesitarlas.

Siempre me pregunto cual es el objetivo último de una persona en la vida, si es formar una familia, conseguir un empleo, criar bien a sus hijos y también dedicarle un tiempo a la recreación, o si es además de eso, trabajar para que muchos más sean felices, tratar de que todos los días las pequeñas cosas que describen la realidad sean un poco mejor para todos y que el progreso social no se vea compungido y alterado, sino que sea vertiginoso y tienda hacia un bienestar general, en el cual nadie se sienta excluido.


La visión altruista:

He escuchado a personas decirme que no tienen tiempo para dedicarle el esfuerzo suficiente a esa tarea social, que ya su vida personal demanda muchos recursos, que no le interesa lo que pasa afuera de su casa, que la vida es una sola y por lo tanto derrochar tiempo en cuestiones ajenas a uno es perderlo, que a las personas no se las puede cambiar, que el país está condenado a seguir siendo lo que es, y bueno, tantas otras cosas que seguramente todos las escucharon.

Una persona que sale de un concierto o un partido de fútbol y ve a muchas otras mendigar, revolver la basura, delinquir, dormir en la calle, comer de las sobras, no tener abrigo para mitigar el invierno, etc., ¿puede sentirse realizado, contento?, yo creo que no, solamente se puede lograr eso si se llega a un grado de abstracción total de la realidad, ignorando el entorno o aislándote en un country o barrio cerrado (aunque sea meramente temporal el aislamiento en estas épocas, quizás en un futuro existan ciudades dónde los pobres tengan prohibido el acceso y no haya motivo para salir).

La política es la herramienta que permite modificar esa realidad, la política es el arte de cambiar la manera en que se configura una sociedad, es decir, de cómo se relacionan económicamente los individuos, de cuales son las cosas permitidas y cuales no, de definir objetivos de corto y largo plazo para el conjunto de la sociedad, de lograr que todos y no solamente unos pocos sean los que se beneficien de vivir en sociedad, también es la herramienta que permite a la sociedad progresar en términos económicos, sociales y tecnológicos, de manera de algún día poder dedicarle la inmensa mayoría del tiempo al ocio y el disfrute y no al trabajo para la manutención tal cual es hoy y en épocas pasadas fue peor.


La visión materialista:

En la vida cotidiana, la laboral y la no laboral, se presentan innumerables circunstancias en las cuales son requeridos conocimientos previos sobre el entorno en el que nos desenvolvemos, sobre cuestiones económicas (ejemplo: el tipo de cambio), sobre cuestiones sociales (ejemplo: si el Estado brinda o no educación y salud o lo deja en manos de los privados), también cuestiones políticas (ejemplo: entender sobre los lineamientos político-económicos del gobierno de turno), sin dudas cuestiones culturales y de recreación (ejemplos: conocer ofertas de lugares turísticos, centros culturales, etc..), cuestiones tecnológicas (ejemplo: saber que tipo de tecnología haría más eficiente nuestro trabajo), etc..

El Ingeniero que no sabe de lo que lo rodea:
Un Ingeniero que poco sabe sobre la realidad se va a sentir como el jugador de fútbol habilidoso que no tiene el apoyo del resto del equipo a la hora de defender y tejer jugadas ofensivas. Supongamos la situación en la cual este Ingeniero necesita que le aprueben un proyecto y debe defenderlo ante las personas que de eso se encargan, ¿qué argumentos utilizará este Ingeniero para que se lo aprueben?, sin dudas serán criterios económicos y sociales, y en algunos casos evaluaciones de impacto social y ecológico. Para poder argumentar es necesario conocer las reglas, saber los requerimientos, entender de alguna manera el porvenir económico, estudiar la demanda, interpretar el humor social y el contexto político. Todo eso no se aprende de un día para el otro y se va zanjando con el tiempo, es una práctica que se debe desarrollar con naturalidad para poder ser utilizada con suficiencia y sin vacilaciones.

El abogado que vive en una burbuja:
Caso emblemático si los hay es el del abogado que no quiere enfrentar la realidad, el que se conforma con ser un mero técnico del derecho (entiéndase con técnico del derecho al que en nada elabora estrategias). El abogado que debe atender a su cliente está obligado a conocer los hechos de público conocimiento (algunos no los conocen), pero también está obligado a tener una cierto nivel cultural que lo ayuden a tejer estrategias, que le permitan fundamentar mejor sus escritos, que lo acompañen en el entendimiento de las reglas vigentes. Un conocedor de las leyes que no tiene la más pálida idea de lo que pasa en su terreno de aplicación, ¿es un verdadero conocedor del derecho?. El abogado se nutre de muchas maneras para aplicar su conocimiento, se nutre de las leyes, se nutre de la doctrina, se nutre también de los fallos ya acaecidos, pero sin dudas también debe nutrirse del entorno social, debe prever cierto sucesos y debe analizar posibles evoluciones de innumerables cuestiones (un ejemplo de ello es la derogación de alguna ley que sea cuestionada por la sociedad o que vaya en contra del proyecto político de turno).

El economista que no atiende la realidad:
Supongo que ahondar en este tema es innecesario, el economista es y debe ser quien más analice la realidad junto a los sociólogos y los políticos.

El verdulero que no ve el noticiero:
Un verdulero se preguntará en que le cambia la vida saber para dónde dispara la coyuntura política y económica, y tendrás sus razones, pero un verdulero que no sabe que hay una sequía, un paro de camioneros, que la economía camina por la cuerda floja, está en mucho mayor riesgo de perder el negocio que uno que lo sabe. Un verdulero que tienen breves nociones del mercado inmobiliario, algunos conocimientos de contabilidad, finanzas y economía tiene muchas más posibilidades de poder expandirse en su rubro que uno que padece del desconocimiento de todas esas cuestiones, expandirse significa en muchos casos tomar deuda, analizar inversiones, proyectar ingresos, estudiar demandas, y miles de cosas más.

Supongamos el caso del verdulero que compra en cantidad y se avizora un subsidio importante en algún producto, si este verdulero no sabe para dónde puede disparar dicho subsidio seguramente continúe con sus compras de manera normal y cuando este subsidio sea aplicado quede en completo off-side contra muchos de sus competidores, teniendo que resignar dinero para poder vender el producto a menor precio y arriesgando gran parte del capital. Si este verdulero hubiese sabido que algunos productos serían subsidiados seguramente no hubiese comprado y hubiese esperado la corrección de precios.


Y así muchos casos que son meramente utilitaristas, en los cuales el conocimiento de estas cuestiones es utilizado para el mejor desempeño en el campo laboral y no laboral (ejemplo: el tipo que se debe ir de vacaciones y espera un tiempo por saber que en Brasil hay un importante proceso devaluatorio que puede dejar más barato vacacionar allí que en Argentina, si no se apura puede irse de vacaciones a Bahia al mismo precio que Mar del Plata).

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